Este centro ceremonial de la gastronomía mexicana presenta mes a mes un menú especial, elaborado como una narrativa, es decir, un cuento donde la poesía encuentra una correspondencia sensual con el paladar y la mirada.
En la decoración de Dulce Patria predominan el rojo, evocación del color primordial de México, presente en su gastronomía a través de adobos, moles colorados y chiles secos y el oro, por la concurrencia del Sol en sus ingredientes esenciales, como el maíz. Los arreglos florales incluyen gladiolas como un guiño a la estética nacional y a la identidad de nuestra gran cocina.
Dulce Patria ofrece una experiencia vívida a través de los sabores que todos conocemos y por eso amamos tanto, los cuales nos hacen reflexionar en que la patria también es dulce.